4/4/09

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Está frente a mí. Sonríe y atrapa mis manos; me siento pequeña, insignificante.
Entorno los párpados cerrando los ojos.. ahora se ha hecho de noche. Le siento a mi lado, su respiración en mi mejilla, mi vida a sus pies. A oscuras busco, y encuentro.
Y suena un beso.
Y dos, y tres.
El mundo vuelve a tener sentido cuando se separa… y se abre mi telón. De nuevo con los ojos abiertos regresan los ruidos, los coches, la gente al pasar. Los miedos, los celos, los nervios, la prisa.
Me sigue mirando y se mueve. Me pregunto si será real.
Pero tiene que serlo. Sí.. está tirando de mí hacia delante.
-Corre, que llegamos tarde..
Como si a mí me importara el hecho de tardar.
Y vuelve a reír. Va marcando el camino hacia donde quiera que vayamos, pero el lugar de destino tiene en mí una importancia igual a cero. Mis pies le siguen sin que el cerebro se lo ordene. Creo que es por inercia.
Si alguien me sopla, estoy segura de que caería y no volvería a levantarme en mucho tiempo. Pero su mano.. ahí sigue. La necesito. Lo sé, lo sé con la misma certeza de quien sabe que yo sólo soy un capítulo más en su vida, una piedra en medio de su camino, un bache que no tardará en pasar..
-Me gusta tu pelo
Y lo único que puedo hacer es no dejar de mirarle.

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